EN TU TRABAJO ELIMINA LA DESCONFIANZA

El trabajador busca la seguridad de su empresa, de su ingreso y de su vida. Para alcanzar ello debe postergar todo tipo de desconfianza. En este paso de una organización, subordinados y jefes, deben dar los mismos pasos para alcanzar el pensamiento de la empresa que, muchas veces, camina por diferentes rutas a los fijados por ejecutivos y trabajadores. 

El economista y profesor norteamericano Douglas McGregor, en su libro “El lado humano de las organizaciones”, habla de un camino para llevar la motivación, de cada funcionario, con la participación directa de las diferentes direcciones que rigen la empresa. 

La empresa cuyos trabajadores no sienten la confianza jefatural incorporan, a su vida diaria, una carga directa que influye en los resultados de la organización. 

La comunicación, con los mandos superiores, no se puede realizar con actitudes coléricas del superior, o recurrir al tradicional “aquí mando yo”, imponiendo un punto final prepotente, brindado por el cargo en la empresa. El trabajador se contrae en su aporte, en su entrega. 

La desconfianza mutua impuesta, por los principales actores de una empresa entrega siempre resultados negativos. ¿Se pueden superar esos resultados? Los analistas aseguran que se logra empleando, para ello, una buena inversión en confianza mutua. 

Toda empresa marca controles generales. Esos controles marcan pautas generales. Nacieron juntas con las organizaciones y se deben cumplir, pues ellas, seguramente, surgieron tras valorizaciones de la actividad. 

Muchas veces las dudas, las desconfianzas, surgen por prejuicios. Los prejuicios aparecen por una mala comunicación o un escuchar parcializado. Para una confianza en el resultado final, jefaturas y personal, deben tener una común actitud. Una actitud muy clara. Muy clara en confianza.

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